Popurrí de emociones

Sigo soltera. No porque quiera;
Sino que cada vez siento que lo estropeas más y más.
Sigo así, no porque me gusta;
Sino porque no soy quién para decirte qué hacer.

No soy un objeto
No soy una marioneta
No soy tu juguete
No soy quien alimenta tu ego.

Eres inteligente, pero corto en sabiduría
Eres un buen amigo, pero un tanto egoísta
Eres sincero, pero hasta el punto que lastimas
Eres especial, pero en cierto punto, superficial.

Mírame a los ojos cuando hablamos
Mírate al espejo cuando hieres
Mírame mis labios como tiemblan
Mírate tu dedo si está limpio.

¿Tú sabes querer?
¿Tú sabes amar?
¿Tú sabes respetar?
¿Tú sabes valorar?

Si hoy continúo soltera es porque prefiero estar sola, que mal acompañada.

Ley de gravedad

Cuando te cae la primera gota, sueles pensar que eso fue una pura “casualidad”. Tal vez al escupir hacia arriba, el viento devolvió lo que juraste que no volverá, pero descubres que te puede afectar más de lo que esperabas. ¿Qué hacer con tus pensamientos? ¿Cómo actuar ante el deseo? ¿Cuándo se irá de tu mente la misma pregunta repetida: Qué hubiera sido de nosotros? ¿Qué hubiera sido si lo hubiéramos intentado?

Cuando cae la segunda gota, pones en duda tus acciones. ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Vale la pena llevarte del qué dirán? Piensas en usar una sombrilla, pero resulta que mientras continúas pensando en él, más expuesta estás a que se cree un orificio. ¿Qué debo hacer? Si a veces te reprochas por los momentos en que sazonaste con rencor tus palabras de desamor. ¿Cómo decir: “Ya no te amo”, si hoy yo miento? ¿Cómo ganarse la confianza?

Ya viene la tercera gota. ¡Tengo miedo! No quiero ni debo herir a nadie, mucho menos a mí misma. Siento que va a llover y puedo ahogarme en el mar que provocará este diluvio. ¿Qué es lo que provoca tu presencia? Porque puede pasar el tiempo, puede que toque otros labios como también -algún día- puede que se me vaya tu esencia; pero ¿Cuándo será eso? ¿Debo quedarme con el orgullo o dejar que actúe mi corazón? Hacerme la ciega y continuar con este muro parece ser más fácil. ¿Lo es?

Sigo aprendiendo que nunca es bueno escupir hacia arriba cuando sabemos que existe la ley de gravedad.
¡Ay mi sombrilla! No tiene la suficiente protección para lo que se aproxima.