Friday, May 27, 2011

Fuerza y esperanza: ¡Victoria!


Cuando no hay cosecha de mangos que cure mi ansiedad
Cuando ya no sé qué es peor, si llorar o no
Cuando todo parece caer y se me van las fuerzas
Cuando no hay opciones y me da igual
Cuando no hay corrector que tape las ojeras.

Cuando no hay fragancia que me haga suspirar
Cuando duele el cuerpo de tanto luchar
Cuando los sueños van por el camino más largo
Cuando las circunstancias desvían las metas
Cuando los abrazos no son suficientes.

¿Qué hacer? Aferrarme a las siguientes citas bíblicas:

“Si flaqueares en el día de adversidad, tu fuerza será reducida”
Proverbios 24:10

“Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo?”
Romanos 8:24

“El que venciere, poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo”
Apocalipsis 21:7

En conclusión: Voy a mantener mi fortaleza, con la esperanza de que venceré; pues soy hija de Dios.

Saturday, May 14, 2011

Sombra


Me persigue todo el día. Siempre atento y con sus brazos abiertos aun cuando lo he herido tantas veces. Te veo. Visitando mis huellas, borrando cada malos rastro de ellas. Dedicado y sensato; sin apartarte de mí. ¿Qué hice para merecer tantos perdones y sin rencores? Dios tomó su tiempo en regalarte los dones. Sin duda alguna eres la persona que cada madre quisiera para su hija. ¡Todo un caballero!

¿Quién merece tanto amor? Hoy no puedo ser yo. Yo que tanto te rompí el corazón sin ni siquiera darme cuenta (lo lamento). La que te elevó al altar que te mereces y en tan solo segundos te hacía perder la cordura (esto no es legal). Yo, quien por momentos me quebranté, abrí heridas; pero tú, firme y mi sombra al fin, siempre estuviste allí para lavarlas y curarlas (gracias por no dejar cicatrices). No puedo ser yo (por más que esté dentro de tus sueños, tu mayor deseo).

He reconocido que fallé, fui una niña a tu adultez. Agradezco inmensamente porque esta sombra aun siendo de noche, se cuela entre la poca luz y permanece pegadita a mí. Me enseñaste tanto y te lo debo todo. Estoy creciendo, me siento bien; tuve, tengo y si Dios lo permite seguiré teniendo un gran mentor. Mi tierna sombrita, te quiero tanto.

Hoy eres libre, la luz esta intensa y me acaricia en cada ángulo; ya no le da espacio a mi sombra. Sé que estás feliz o al menos eso es lo que siempre me dices y te lo creo (como siempre). Ya no siento que piso tus sentimientos. He crecido bajo tu cuidado. Hoy eres parte de mí, no como mi sombra, sino como mi ángel en esta tierra. Hoy estoy feliz, pues tu felicidad es la mía.

Tu heroína


“Él es bueno pero…”
Siempre se empieza con esa frase a la hora de sacar unos cuantos trapitos al sol.

¿Qué es lo que me hace quedarme?
Sin duda alguna, no son las llamadas que raras veces haces para decir un ¿cómo estás?, no es tu falta de responsabilidad o atención. No puede ser aquella fama de ser “pica flor”. Quizás por un instante, sea el momento en que te enredas a mis cabellos; pero lo dudo, cuando noto en el espejo el desastre de éstos y al salir del salón no te fijas o me dices “que linda estás” o más que eso: ¿quién te lo pagó?. No puede ser lo seco que eres para mostrar afecto. No son las ganas de verme tal vez una vez por semana.

Algo que parece ser (y hasta ahora lo es) malo, no puede ser tan bueno a la hora de tenerlo al frente. ¿Será tu sonrisa? Tal vez tu mirada hipnotizadora, tus besos apasionados, lo tierno que se escucha los “te quiero” en tu dulce tono de voz. Quizás los abrazos, tu forma de hacerme sonreír. Quizás, tal vez, pueda ser… Pero ¿qué hago aquí?

Cualquiera puede darme esos momentos, el que sea puede multiplicar a la quinta todos esos sentimientos, pero a veces creo que soy tu súper heroína. Me preguntas cómo puedes mejorar, pero eso no lo decido yo. Nadie cambia o mejora por nadie, es un asunto personal y es cuestión de actitud a la hora de tomar esa decisión. Creo que te falta mucho, mucho por madurar en esa ramita del amor y cómo llevar una relación.

Soy tu amiga, aun lo soy. No pretendo dejarte solo cuando veo que estás al punto de caer, eres débil en esto y cualquiera te puede llenar los ojos. Estoy aquí, más no sé si lo estaré mañana. No me he ido. Continúo en el mismo lugar.

¡Me saqué la lotería!


La lotería, te la ganaste con tan solo invertir un poco de dinero, ¿qué haces con tanto dinero si nunca has manejado ni una quinta porción de éste?, llega la alegría, la ambición. La mente empieza a procesar ideas que nunca habías pensado: ¿Qué puedo comprar? un pent-house, un jet privado o por qué no, un terreno en la luna si es posible. Corre el tiempo y continúas malgastando el dinero como si nunca se irá, ¿cómo vivirán los pobres? Saltas, te sientes vivo, poderoso, admirado, envidiado, deseado, en fin, el centro de atención.

¿Te olvidas de algo? Lo que fácil llega, fácil se va si no lo sabes administrar y si no le das espacio a lo que realmente necesitas y lo que puedes dar a cambio como una ofrenda de gratitud. Fue un breve pensamiento de lo típico que hacen los que ganan dicho sorteo; pero, ¿si empleamos esto en una relación? Imagínatelo…

Sientes que te sacaste la lotería cuando encuentras a esa persona que te hace pensar en un hogar, fidelidad, amor, responsabilidad y paz (entre otros valores que llegan por añadidura). Invertiste para conquistarlo, una porción de ti (amabilidad, carisma, cariño, empeño). ¿Qué haces con tantos valores de él/ella, si tus pasados no tuvieron comparación?, Llega la alegría, continúa la ambición pues sientes que lo tienes todo y lo pretendes delante de tu familia y amistades (¿y por qué no? hasta tus “admiradores”). ¡Es tu premio! Tienes que disfrutarlo al máximo. Corre el tiempo y continúas desviando lo que realmente significó para ti al principio.

¿Te olvidaste de algo? Lo que fácil llega, fácil se va si no lo sabes administrar. Recuerda que esta persona tiene sentimientos y si no te enfocas en lo que realmente tiene valor, pues ese amor puede desvanecer y perderse. Si tienes a quien siempre “soñaste o deseaste” y sientes que esa relación puede crecer y fortalecerse a través del tiempo; pues dale gracias a Dios.

Tenemos que aprender a valorar, a tratar como quieres que te traten y un poco más; porque en realidad: “No todos los días nos toca sacarnos la lotería”.

Sunday, May 08, 2011

Etapas básicas


Dicen que las etapas básicas de esta vida son tan simples: Nacer, desarrollarnos, reproducirnos y morir; pero nadie quiere profundizar en lo que se esconde en el proceso de llegar a esa mitad. ¡Cuántas luchas vencidas, cuantos errores cometidos!; pero sin duda alguna, ¡Vale la pena vivir! Ahora bien, creo que hay más opciones dentro de ellas. Al final nos da el siguiente resultado: Nacer, desarrollarse, ilusionarse, madurar, enamorarse, reproducirse y morir (teniendo en cuenta que podemos saltar, atrasar o adelantar ciertos pasos por algunas circunstancias y/o razones).

Nacemos: ¡Que bendición! Llegó la niña esperada por tantos meses, la de ojos brillantes y llenos de picardía, la de piel canela y pelo rizo. “Que cajita de sorpresas”.
Desarrollamos: ¡Alerta! Según cuentan en esta etapa hay que aumentar las atenciones, pero no hay por qué preocuparse tanto… Ella aun juega con sus muñecas.

Ilusionarse: ¿Veré fuegos artificiales cuando dé el primer beso? No lo noté. Cerré mis ojos y sinceramente me dije: ¿Y eso era todo? Mi primer novio (¿En serio fui su novia?). Al parecer el 90% de las personas, nunca terminan casados con sus “primeros” del todo; pero ¿Qué más da? Tu mente estuvo limitada y se conformaba con palabritas al oído (típicas muelas de hoy), con unas cuantas canciones de amor, largas conversaciones por teléfono y qué decir de un “te quiero”. Se asomó el despecho, sentiste que tu mundo se terminó y luego de llenar tus sábanas con lágrimas sin compasión entonces llegará lo mejor…

Madurar: Cuando aceptas que fallaste, te caes muchas veces pero aprendes de eso sabiamente. Te haces más fuerte y sin duda alguna prestas más atención a los detalles. Pensabas que estabas “durmiendo despierta” ¿En qué planeta es que vivía? Aprendes que no todo lo que brilla es oro, puede ser que quien dice que te quiere, mañana te lastime y luego que lo haga, lo perdonas (como Dios nos enseñó).Aceptas tus derrotas, porque al final obtienes una gran victoria.

Enamorarse: Cuando sabes la diferencia de querer solo por decirlo y de querer por demostración. Cuando el “te amo” no lo dicen a la primera semana (para no ganar solo tu corazón), cuando sabes que el tiempo es oro y la otra persona realmente vale más porque te ha tratado – no tan solo con los detalles anexos a la ilusión – sino que despierta en ti algo mágico. Amar sin interés. Querer crecer junto a él. No existen límites cuando se quiere en realidad, aun cuando hay altas y bajas. Eso no se cura fácil (no quiero curarme nunca si es así).

Reproducirse: No siempre llega después de madurar. Creo que estás en “tu punto” cuando lo haces. Llega una criatura que te cambia todos tus planes, cien veces mejor. Te hace sentir llena de vida, la mujer más poderosa del mundo y sin duda alguna, la más bella en todos los sentidos. No todo es color de rosa, al contrario ahora lo veo todo fucsia y ¡me encanta! ¿Y es malo eso? Todo gira en torno a este pequeño gran hombrecito, quien te llena de cariño, afecto y mucho amor puro pero sobre todo sincero. Te preparas para que éste tenga todo lo necesario para sobrevivir y así poder llegar a tu próximo paso básico sin miedo, porque lo has sabido criar (gracias a la sabiduría que Dios te brinda, al amor y apoyo incondicional de tus padres).

Morir: De lo único que no podemos escapar. Pero ¿de qué me quejo? Si Dios está conmigo.

Sin temor a volar


¿Por qué debo temer si no hay nada de malo con intentarlo?
¿Por qué aferrarme a la idea de que tal vez no mejores ese detalle en tus defectos?
¿Para qué llevarme de consejos sin base, ni siquiera de personas con esas experiencias?
¿Por qué tengo que ilusionarme a algo pasajero si tengo eternidad en frente?

“Eternidad” suena muy irrealista, puesto que en esta tierra, todo tiene un principio y final. Pero ¿Qué debo hacer? Si no busco intercambios de amor por placer, si no quiero solo momentos, no solo un pedazo (lo merezco entero). Puedo ser optimista, muy positiva. Tengo la mirada fija en ti y mi meta es llegar al final de esta carrera juntos (sujeta mi mano, no flaquees ni un instante… confía en Dios, él nos puso aquí). Sé fuerte y paciente. No actúes sin antes pensar y sobre todo, no hagas lo que no quieres ni esperas que hagan contigo. Eternidad es poco para lo que oré, pero si llega un momento en que nos perdemos en la jornada, pues “sin daños a terceros, ponemos fin con mutuo acuerdo”.

¿Y si “mañana” te lleva consigo; si no tuve un chance?
¿Y si me quedo callada, sin decir una palabra?
¿Y si me sostienes fuerte, si me envuelves para siempre?
¿Y si todo es un sueño? Pues que no me despierten.

Mil veces prefiero sentirme viva en el intento que sentir morir por tormentos de la duda. Al final del día, unos que otros te brindarán el beso de Judas, pero muchos se alegrarán de verte sonreír nuevamente y de que estés tan llena de amor, que sientas que hasta salga por tus poros. ¿Qué hubiese sido? ¿Qué hubiera pasado? ¿De qué me hubiera perdido? ¿Cómo no pude ni siquiera intentarlo? Repito: “Vivimos entre la gente, no para la gente”. Si tienes a Dios como testigo de que tienes fe en que harás lo correcto, pues ¡adelante! ¿Quién es quién, para detenerte? Expande tus alas, este es tu tiempo… ¡Vuela!

Resoluciones: ¿desilusiones o inspiraciones?

Resoluciones: Desilusiones. Compromisos sin fundamentos; Solo voces al firmamento. Resoluciones: Inspiraciones. El día a dí...