¡Renuncio!

Al que desaparece y luego espera que lo encuentre con los brazos abiertos. Al que se hace el invisible pero no puede dormir sin antes revisar si hay algo nuevo en mi blog o FB. Renuncio a su juego de deshojar mis margaritas…

¿Me quieres; no me quieres?

Renuncio a dar vueltas entre un espacio vacío (ya no hay nada más que buscar). No debo continuar, no me lo merezco. Empaque mis maletas, dispuesta a seguir adelante sin nada que me ate (al menos “nada” que no sepa lo que realmente quiere).

Renuncio a tu forma de tratar a una mujer, más si esta estaba dispuesta a volver a firmar el contrato. Ya no puedo más, lo lamento. Preparada para mi siguiente paso.

Gran parte del futuro de mi Michael, depende del mío.
¡Larga vida al rey! esta vez sin su princesita…

¡Renuncio!

¿Estás allí?

Mil pedazos de mí esperan porque vengas a volver a unirlos.
Sé que no tienes súper poderes, sé que ya no puedo exigir nada.
Sé que no soy perfecta, fui terca, egoísta e impaciente.
Soy complicada, pero me haces tan simple.

No pedí de tu boca para besarme, sino para que me digas cuánto te hice falta.
No pedí tu mirada para que me desnudes con esta, sino para perderme con ella.
No pedí tu olfato para oler un perfume regalado, sino para sentir esa suave brisa por mi cuello.
No pedí tus manos para moldear mi cintura, sino por lo segura que me siento cuando me abrazas.

Aun recuerdo esa noche como una foto plasmada en mis pensamientos,
Cuando aun con tus zapatos incómodos y tu sudor por la frente
(El que te indicaba cuántas ganas tenías de exclamar lo que sentías por mí)
Aun cuando las personas miraban atentas, me hiciste sentir caminar de puntitas.

Es cierto, debí gastar mi energía eliminando lo que no valía.
Entiende que no uso tantos medios para plasmar mis sentimientos,
Y sabiendo que entrarías a mi blog (el fresita);
Entendí que te debía lo que hoy quiero de vuelta.

Sabes dónde encontrarme mas ya no sé por dónde buscarte…

¿Estás allí?

Desahogo

Las cosas no son como queremos que sea. Quisiera que estuvieras allí cuando me siento mal. Cuando siento que todo se me cae encima y necesito de ti. Dejar mi cabeza en tu hombro y simplemente estar tranquila.

Te dejo ir, me dejas escapar, ya no hay marcha atrás. Si todo marchara a nuestro favor no habría dolor, y sin dolor no sabrás cuánto en realidad vale lo que deseas tanto. Porque llegas amar y te duele perder. Pero es mejor así (al menos eso es lo que dicen).

Te dejé volar, me dejas atrapada en esperanzas que solo yo creé. Sin darte cuenta; pues ya no te interesa. Te cerré las puertas y ahora ya no queda nada. Te eliminé de mi lista pues así no serás el primer nombre en ella, luego de ser el primero en mis pensamientos (es demasiado para mí, lo lamento).

Voy cayendo y no sé quién va a esperar por mí antes que toque tierra. Cierro mis ojos, me dejo llevar por el silencio que existe cuando algo te susurra “todo va a estar bien”. Yo estaré bien…

Amor, amor, amor; ¿qué es lo que hecho para merecer que me castigues de esta manera? Me perdiste, y solo se me ocurre cortar mi cabellera (como si un cambio radical podría ocultar lo que se siente estar sin ti). Perdida entre las canciones del nuevo álbum de mi artista favorita, navegando en el mar del desamor esperando que alguien extienda su mano y me saque de este llanto.

El teclado no aguanta más mis huellas y quejas, pero siendo esta la única manera segura de calmar mis ansias de llamarte o de cerrar capítulos que no merecen mis penas; algo me dice:”Tranquila Diana, sólo son experiencias “.

Amor de niños

Todo es un círculo, historias que vienen y van.
Todo es un patrón del cual nadie se puede escapar.

Recuerdo subir las escaleras con tanta emoción, con varios regalos en manos, ya sea una carta, un detalle o cualquier cosa (que según yo) podrían agradarte. No quería que supieras quien era, solo conformarme con dejar el presente en tu puerta; tocar el timbre y huir. Eras el prototipo de cualquier niña, en esos tiempos de lujo del grupo Servando y Florentino o quién sabe si más atrás. Eso fue ayer, mucho antes de mi primer beso…

Hoy, a punto de cumplirse más de 8 años de esa etapa y tu casi comprometido; me dices que te sientes nervioso cuando paso por tu lado, que no sabes que decir o como actuar en frente de mi. Que aun cuando ella está presente no sabes esconder lo que sientes. ¡Ten cuidado!

Me puedo reír del pasado, pudimos ser los mejores amigos; pero cómo lo ibas a saber si nunca te dije mi nombre. Tan cerca de ti, tan cerca de mí. Hoy tenemos mucho que contar, y tú (ya más desahogado) puedes reír junto a mí.

La historia se pondría confusa, no sería bueno para nadie contarla con lujos y detalles, ya que lo mío le pasó a tu casi hermano; cuando éste (prácticamente casado) me dice que estuvo siempre enamorado de mi (cuando una y otra vez repite “que estúpido fui”). Entonces, la vida sigue siendo un círculo. El karma está siempre atento y siempre se le ha visto de la mano de Cupido.

De niña me gustabas y no te dije una palabra.
De grande yo te gusto y ya no se puede nada.
De niño le gustaba al muchacho del cual hablaba
Y de grande él me lo dice cuando nunca hubo nada.

En esta mezcla entre familia no quiero ser el ingrediente principal.
Quédate tranquilo con ella, yo siempre seré una amiga más.