Después de más de 5 años sin estar en la universidad (ya que estudiaba diseño de modas y luego la llegada de mi Mike) regreso a ella con el fin de estudiar comunicación social (que me encanta) y así poder obtener este título académico.
No fue fácil mudarme de una provincia a otra y aferrarme a la realidad de que ya no hay marcha atrás. Aprendí a montarme y trasladarme en carros públicos; aunque al principio (nueva al fin y sin conocer las mañas de la mayoría de choferes de la ruta HB) me he visto “quedada” e incluso he tenido que caminar hasta la casa. Cansada de preguntarme el por qué estos no pasaban a menudo, le reclamé a uno de ellos y me dijo que caminara hasta donde empieza la avenida (conocida como “doble vía”) y que allí era más fácil para mí encontrar uno; eso sí, me dijo que tratara de nunca llegar después de las 10 de la noche, ya que las posibilidades de volver a caminar a casa serían de un 99%.
Ese caso está resuelto, pero aun me quedan miles más (literalmente hablando), como el de no sentirme vieja en la universidad; en el sentido de que la mayoría de los chistes que hacen los estudiantes no me causan ni la más mínima gracia (excepto algunas personas que he conocido antes y después de mi ingreso a esta). Tengo unos amigos que se ríen porque desde que piso el terreno voy directamente a mi aula sin mirar a ningún lado (es como si voy ciega, sorda y muda); esto ha ido cambiando un poco, ya que tengo unas nuevas (y no tan nuevas) amistades que suelen sentarse en un parquecito ubicado frente al edificio B.
Dentro de este grupo conocí a un amigo de un amigo el cual me ayudó en tan sólo un día, a reforzar mis matemáticas y gracias a él (en combinación a mis conocimientos) pude obtener una buena calificación en mi parcial (¡gracias Roberto!).
Han pasado varios acontecimientos, como un virus (gripe) que se ha atado a mí de una manera que no se quiere despegar por más medicamentos que tome. Pero prefiero no abundar mucho sobre este tema para no desanimarme. Por otro lado, el profesor que tenía cara de recto (bueno, aun la tiene) lo considero como el mejor de todos los que tengo ahora, ya que he aprendido mucho gracias a su metodología en la enseñanza (con esto ya sabrán la materia); y aquel profesor que suele ser el más “alegre” y relajado de todos; pues atento a chiste no me fue tan bien que digamos con él (pero son experiencias y esto me ayuda a conocer más las personalidades de estos).
Hasta aquí les dejo mi actualización, en cuanto a la universidad se trata. Nos seguiremos comunicando a medida que pase el ciclo en mi querida cede central de la Universidad Tecnológica de Santiago.
