Puedes poseer casi todo lo que deseas, ya que tienes los medios necesarios para eso. Pero esta vez no creo que yo sea parte de ese plan, exijo más, no me conformo con una simple llamada de unos 2 minutos, metiéndome “pajaritos en el oído” como diría mi amigo Johamil. No seré una más en esa lista tan extensa que todos saben que llevas. No quiero ser tu especie de meta o trofeo, o la típica mujer que dejas en casa, para cuando llegues cansado, te dé ese masaje que tanto te encanta.
Porque sé que puedo darte más, mucho más de lo que NO encontraras en la calle, (mi autoestima esta alta, lo sé, porque sé lo que quiero) sé para lo que puedo dar, y tú lo sabes también, eso es lo que me molesta, el hecho de que siempre tengas en tus pensamientos, que por más que brinque y salte yo muero en ti. Muchas veces tropecé con esa piedra, diciendo dentro de mí: -“Esta vez, será por mi cuenta, no me va a doler, nadie saldrá herido…”
A veces no me lo puedo creer, cómo es que tú siendo como eres (poco romántico, no detallista, no muy atento, ni siquiera sabes que escribo, que me gusta la comunicación social o que me encanta diseñarme ropas, ¿qué me molesta?, ¿qué me hace feliz?, ¿qué me hace suspirar?, no creo que ni mi fecha de cumpleaños la sepas… En fin, un sin números de detalles, que hasta el que no me conoce, lo puede notar) ¿cómo es que siempre suelo caer ante tu mirada? Es como si el auto-control se esconde en mí. Pero de lo que podemos estar seguros es que siempre existe una primera y última vez.
…No siendo ésta la primera, pues ya perdí la cuenta, pero créeme que ya estás a la vuelta de la última parada, donde ambos sabemos que esta vez, alguien Sí resultará herido…
