Planta de atributos

      Hoy, uno de esos días en que me levanto con la musa trasnochada y unos ebrios sentimientos; cuando siento el impulso de exigirme más y más. Puede ser que posea ciertos atributos físicos, pero nada se compara con lo interior. Merezco seguir siendo feliz, y sé que puedo hacer felíz a alguien sabiendo que poseo el temor de Dios, la sabiduría que él me otorgó para salir adelante, y la fe que me mantiene positiva y en paz.

      "Con temor a Dios, y sin miedo al hombre". Él me prestó éste cuerpo; ésta vida pasajera que cada día se pierde muchas veces antes de morir físicamente. Cuando el cree que me he desviado del camino por andar tomando atajos sin sentido; él sabe mostrarme la salida, cuando he pensado que no puede existir alguna en el momento. Él es mi guía y maestro. Mi rostro avergonzado, cuando sé que cometí una imprudencia (aun cuando nadie me vió cometerla); porque sé que él conoce mi interior y puede ver todo.

     En segundo lugar está el más preciado don de sabiduría, quien acompañado de la inteligencia me ha sacado adelante. Esa patadita que siento en las mañanas diciéndome que no importa si llueve, cae nieve, o el sol se esconde entre las nubes grises; hoy será un hermoso día. Que "el show debe continuar", y nadie va hacer por mí lo que pueda hacer yo mísma. Ir a la universidad, educar mis hijos, y saber elegir entre la realidad y las tentaciones pasajeras, ameritan de éste don que solo él me ha regalado.

      Finalmente, llega la fe; el motor de la esperanza. La paz en mi interior que sale por mis poros y hasta suele causar impresión a varias de mis amistades. Esa que puedes obtener a través de la meditación y dejándo que sea Dios que resuelva los problemas que se escapan de mis manos, cuando él sabe que lo he intentado todo (y algo extra) para obtener buenos resultados. La tranquilidad que siento cuando mi mente se mantiene en estado optimista; ya que una persona pesimista solo atrae lo negativo, luego en muchas ocasiones pretende arrastrarme a su vacío, y tremendo desafío! Pero tengo fe en que Dios está conmigo.

      A Dios le debo mi vida. Agradecida por todas sus maravillas, por creer en mí y permitirme agarrarme de sus manos. Sabiendo que sin él no soy nada, también, que es el dueño de mi vida. Reconociendo que para continuar siendo felíz y hacer felíz a alguien debo cosechar éstos atributos con temor y cautela. Como una hermosa planta: echándole el abono de la sabiduría; rocearle con amor, el agua de la paz.