Cuando llegue el amor

Cuándo el amor ha pedido permiso para entrar a nuestras vidas? Quizás sintamos que toque nuestra puerta, al darnos varias razones y lograr así conquistarnos. Quien sabe de cual manera actúa, ni las vueltas que da para al final llegar a su destino. Cuando llega de imprevisto empiezas a sentir los cosquilleos; esos que te hacen imaginarte saltando hacia los brazos de esa persona, y muchas veces sin querer demostrarlo. En orden para que el amor llegue sin ser buscado, solo debemos dejar que Dios nos guíe, ser pacientes; y cuando nos llegue el momento, dejarnos amar.

Cuando siento no tener más fuerzas para seguir luchando, pido a Dios que guie mis pasos y de ser necesario, refuerze mi protección. Se que no soy una experta en todo, pero he dado tantas vueltas en la montaña rusa del amor, que me da derecho a expresar mis puntos de vista en base a mis experiencias. Dios no se aparta de mi lado, cada día me lo deja saber de algún modo. Vivir sola con mis hijos me ha enseñado a desenvolverme más; y por ende, luchar por lo que quiero para mi pequeña familia. El inmenso amor de Dios es lo primero que tengo, luego el de mis hijos, familia y amistades; el tercer lugar aun no lo ocupa nadie. El todopoderoso es digno de ser llamado así, pues me ha demostrado que un hombre puede ser mi complemento, pero no quien me complete (pues completa en su amor ya estoy).

Siempre he reconocido este gran don de la paciencia que Dios me ha otorgado, el que me mantiene con las esperanzas de que algún día llegará ese tercer amor de recompensa. Hubieron ciertos inciertos del amor en mi vida; en resumen: Un primer beso que me dejó esperando los famosos fuegos artificiales que siempre habían mencionado, un primer amor coleccionista descarado de inocentes, varios intentos inmaduros en busqueda errónea de lo que le llamaban "amor", un fallido matrimonio lleno de ilusiones y confundiendo los momentos con la realidad, luego pasando por triangulos, cuadrados y octagonos amorosos, hasta amar sin ser amada. Sin embargo, gracias a la paciencia en mí, siento que no todo fue en vano; continúo esperando y creyendo en el amor, porque sé que Dios me esta preparando para lo mejor.

Si el amor llega a mi vida, no voy a dudar en dejarme amar. En la actualidad, existe una pequeñita lista de algunos detalles que me hacen falta como mujer: Besitos, abracitos, cuidaditos, cariñito, detallitos, sorpresitas, etc... Y lo pongo en disminutivo para que suene tan tiernecito como yo (mientras me muero de la risa en éste momento). No obstante a ésto, voy a permitir que mis deseos carnales pretendan entregarse a cualquiera. Siendo ésta la razón por el cual mantengo mis piernas cerradas desde que llegué a esta nación. Ahora, aferrada a mis hijos y los estudios, no me empeño en cerrar la posibilidad de encontrar el mejor candidato para que juegue baseball o algún deporte junto a Michael, mientras va tratando a mi niña como la princesita que es. Cuando encuentre sin tener que buscar a ese complemento que me ayudará a bien criar a mis hijos como si fueran los suyos, entonces voy a abrirle mi corazón y darle todo mi amor; sabiendo que él viene enviado por Dios.

Para finalizar, nadie se logra escapar del amor y sus consecuencias para un bien a corto o largo plazo. He aprendido a amar con temor a Dios, sin miedo a la distancia, dolor, y/o decepción. He sido victima y también victimaria. Por ende, voy aprendiendo y empleando las enseñanzas; reconociendo mis faltas, pagándolas con responsabilidad, y actuando con sabiduría. En conclusión, le doy gracias a Dios por ser mi guía; y por permanecer aumentándo mi dósis de paciencia para esperar tranquila la llegada de ese amor como mi complemento, para amarlo y dejarme amar.