Desde hoy me acompañarías. No te alejarías de mí, sin ni siquiera tener que sentirte atrapado. Conocerías el amor de forma madura, pero con pasión de adolescentes. No faltaría calor en tus inviernos, ni las frescas caricias en tus veranos.
No prometo hacerte olvidar el pasado; porque sino fuese por éste, tal vez no estuvieramos hablando. No te hiciera daño sobre tus heridas. Te protegería, te cuidaría como a un tesoro con valor sentimental (más que del monetario). Defectos sé que debes poseer, aunque admiro la forma en que los sabes esconder.
Mi pies quisieran irse sólos, pero mi corazón le hace más peso. Mis ojos se aguan cada vez que te miran, como una niña en frente de un dulce que no debe comer. Mis manos se extienden pero no alcanzan nada. Mis labios exigen los besos que mi mente le ha inventado; mientras que todo mi cuerpo se siente prisionero.
Creo que no eres real (no me mal interpretes, sé que eres tan real como lo que estoy sintiendo), pero ahora mismo; gracias a esos pequeños detalles, solo eres un fantasma invitado a mis sueños más intensos, de esos que no puedes describir con palabras.
Ay! Si no fuera por esos detalles; esos pequeños ladrillos que forman el inmenso muro que me frena. Sino fuera por ellos, te entregaría el 95% restante de mis sentimientos.
Lo lamento...
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