
Ahora que sin buscar a nadie, encontré alguien que poco a poco ha destruido el muro sin ni siquiera sentir o escuchar cuando caen los pedazos. ¿Por qué vienes ahora? Mientras me moría por saber de ti, y tú a tan solo unos minutos de mí, te escribí unas diez cartas que se quedaron como simples borrones. Al final cuando publico que tengas piedad de mí, que te dejes ver, que me ames un día más, entonces me viste llorar y lloraste conmigo.
“Adiós, éste será nuestro último encuentro”. Pude enredarte a mí con cada hebra de mi cabello, pude sostener un momento el río de lágrimas que se acumulaban cada vez que me decías: “esta será la última vez”. Pasa el tiempo y yo en el rinconcito; más y más alejada, completamente en el olvido, cada día más fría que el anterior; hasta que finalmente lo logré. Ya no me haces falta…
A pesar de todo lo bueno y la amistad tan pura que una vez existía; decidiste irte y acabar con la poca comunicación que nos quedaba. No te preocupes, yo estaba viva cuando te conocí y aun sigo en pie. Ya no soy tu amiga ni mucho menos tú enemiga. Estoy aquí para lo que necesites, siempre y cuando no me dejes hablando sola como acostumbras hacer.
Estoy aquí y aunque tu amor ya no sea correspondido, sigues siendo mi amigo, puedes seguir contando conmigo.
No comments:
Post a Comment