Sunday, May 08, 2011

Etapas básicas


Dicen que las etapas básicas de esta vida son tan simples: Nacer, desarrollarnos, reproducirnos y morir; pero nadie quiere profundizar en lo que se esconde en el proceso de llegar a esa mitad. ¡Cuántas luchas vencidas, cuantos errores cometidos!; pero sin duda alguna, ¡Vale la pena vivir! Ahora bien, creo que hay más opciones dentro de ellas. Al final nos da el siguiente resultado: Nacer, desarrollarse, ilusionarse, madurar, enamorarse, reproducirse y morir (teniendo en cuenta que podemos saltar, atrasar o adelantar ciertos pasos por algunas circunstancias y/o razones).

Nacemos: ¡Que bendición! Llegó la niña esperada por tantos meses, la de ojos brillantes y llenos de picardía, la de piel canela y pelo rizo. “Que cajita de sorpresas”.
Desarrollamos: ¡Alerta! Según cuentan en esta etapa hay que aumentar las atenciones, pero no hay por qué preocuparse tanto… Ella aun juega con sus muñecas.

Ilusionarse: ¿Veré fuegos artificiales cuando dé el primer beso? No lo noté. Cerré mis ojos y sinceramente me dije: ¿Y eso era todo? Mi primer novio (¿En serio fui su novia?). Al parecer el 90% de las personas, nunca terminan casados con sus “primeros” del todo; pero ¿Qué más da? Tu mente estuvo limitada y se conformaba con palabritas al oído (típicas muelas de hoy), con unas cuantas canciones de amor, largas conversaciones por teléfono y qué decir de un “te quiero”. Se asomó el despecho, sentiste que tu mundo se terminó y luego de llenar tus sábanas con lágrimas sin compasión entonces llegará lo mejor…

Madurar: Cuando aceptas que fallaste, te caes muchas veces pero aprendes de eso sabiamente. Te haces más fuerte y sin duda alguna prestas más atención a los detalles. Pensabas que estabas “durmiendo despierta” ¿En qué planeta es que vivía? Aprendes que no todo lo que brilla es oro, puede ser que quien dice que te quiere, mañana te lastime y luego que lo haga, lo perdonas (como Dios nos enseñó).Aceptas tus derrotas, porque al final obtienes una gran victoria.

Enamorarse: Cuando sabes la diferencia de querer solo por decirlo y de querer por demostración. Cuando el “te amo” no lo dicen a la primera semana (para no ganar solo tu corazón), cuando sabes que el tiempo es oro y la otra persona realmente vale más porque te ha tratado – no tan solo con los detalles anexos a la ilusión – sino que despierta en ti algo mágico. Amar sin interés. Querer crecer junto a él. No existen límites cuando se quiere en realidad, aun cuando hay altas y bajas. Eso no se cura fácil (no quiero curarme nunca si es así).

Reproducirse: No siempre llega después de madurar. Creo que estás en “tu punto” cuando lo haces. Llega una criatura que te cambia todos tus planes, cien veces mejor. Te hace sentir llena de vida, la mujer más poderosa del mundo y sin duda alguna, la más bella en todos los sentidos. No todo es color de rosa, al contrario ahora lo veo todo fucsia y ¡me encanta! ¿Y es malo eso? Todo gira en torno a este pequeño gran hombrecito, quien te llena de cariño, afecto y mucho amor puro pero sobre todo sincero. Te preparas para que éste tenga todo lo necesario para sobrevivir y así poder llegar a tu próximo paso básico sin miedo, porque lo has sabido criar (gracias a la sabiduría que Dios te brinda, al amor y apoyo incondicional de tus padres).

Morir: De lo único que no podemos escapar. Pero ¿de qué me quejo? Si Dios está conmigo.

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