Muchas personas tienden a confundir lo que realmente significa tener éxito, ya que para ellos se resume en finalizar una carrera universitaria u obtener algún material de alto costo. Ambos de los anteriores son válidos en la lista de metas-por-cumplir. Sin embargo, existen situaciones que pueden parecer simples de atravesar para unos y casi imposible para otros. Llegar al éxito es una tarea que requiere de paciencia, empeño y sabiduría.
La paciencia es un don que se adquiere cuando se pide en el momento en que no estamos impaciente. Por ejemplo, cuando una persona en una situación desesperante le clama a Dios por éste don, su mente se bloquea e impide ver el problema desde toda perspectiva, causando la prolongación del mismo. El que espera se desespera, pero al final tiene su recompensa. En fin, mientras seamos pacientes, la satisfacción será mayor.
Sin empeño no hay victoria. La consistencia debe ir de mano a la paciencia. En algunos casos, podemos estar al borde de tirar la toalla, o sea, rendirnos. En adicción, si no somos perseverantes estariamos dándole permiso al fracaso. Sin embargo, de cada no-tan-buena experiencia aprendemos a levantarnos y empeñarnos en lograrlo la próxima vez.
En tercer lugar, pero sin importar el orden está la sabiduría. Éste don está al alcance de todo aquel que lo requiera con fe. Para mi, es el que mejor abarca los demás dones. Me explico, un sabio puede llegar al éxito fácilmente, ya que su sabiduría le permite actuar con paciencia, sin apresurarse y ser optimista. En resumen, es de suma importancia poseer sabiduría antes, durante y después de la trayectoria de cualquier propósito.
Algunos ejemplos (que ya conocemos) de las metas que una persona se traza, son:
- Finalizar un nivel de educación (primaria, básica, secundaria, carrera técnica, universitaria, maestría y post-grado, etc)
- Obtener un mejor puesto en una empresa.
- Iniciar su propio negocio.
- Viajar y conocer nuevas culturas.
- Comprar un auto (cualquier tipo, incluyendo hasta una motocicleta para uso de trasportación pública).
- Entre otros.
Ahora bien, nos hemos detenido a pensar en las metas que cualquier ser humano se propone para corto o largo plazo? Como:
- Levantarse cada día con positivismo.
- Finalizar un libro que empezó hace meses.
- Poder dar un paso, luego de sufrir lesiones en las piernas.
- Lograr perdonar sin guardar rencor.
- Escuchar los elogios que la maestra de sus hijos dice sobre ellos.
- Elegir dar vida, antes que quitarla con el aborto.
- Parir pujando, si tiene esa opción.
- Dejar los vicios (drogas, alcoholismo, el cigarrillo, y todo lo que sea dañino para el cuerpo y medio ambiente).
- Valorarse. No aguantar más maltratos e insúltos de una pareja, amigo y/o amante.
- Cepillar los dientes luego de cada comida.
- Caminar y/o correr varias millas.
- Verse en el espejo y amar su cuerpo.
- Al fin tener esa pareja ideal!
- Saber que sus hijos le temen a Dios, y que esta madre y/o padre parte de sus éxitos.
- Aceptar y mantener a Dios en su vida.
- Etc.
En conclusión, no se puede ennumerar el sinfín de metas que todos nos trazamos diariamente. Sin embargo, siempre es bueno tener presente que no debemos jugar al "tinmarinde dopingué" (selección al azar) cuando Dios nos coloca las opciones en nuestro camino hacia la consecución satisfactória de una meta. Finalmente, para llegar al éxito es impresindible ser paciente, poner todo nuestro empeño y actuar con sabiduría.
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