Dulce veneno, melancolía

Hoy no, melancolía; no me vengas con tu triste canto, no quiero bajar mi cabeza. No me reproches cómo es que debo sentirme, no me digas que hacer con mis sentimientos. Tengo miedo llorar al perder y perder por llorar.

Hoy no, melancolía; no me motives a cubrir mi alegría, no me maltrates sin antes sentir su caricia, no me susurres al oído tu venganza, no les des vueltas al asunto y entiérrame de una vez por todas.

Hoy no por favor, melancolía, piérdete con tu veneno a las profundidades de un abismo, a lo más absurdo y oscuro de un espacio, déjame sola, esta noche no soy más tuya, ni tú eres mía.

¿Por qué no me entiendes, melancolía? ¿Por qué es tan difícil llegar a un acuerdo contigo? No quiero enamorarme sola para luego compartir contigo amargos o felices recuerdos.

Ya no te quiero melancolía. Quítame de encima tu famosa ironía, desaparece mis lágrimas aunque esperes con ansias las que tengo aquí escondidas. Vete ya de mi y déjame vivir al fin, sin ti.