De rosa pastel a fuchsia (El refugio parte 3)

Mañana es el día internacional de la mujer y en el refugio tienen la 3era clase de yoga y meditación. Durante ésta, los niños permanecen en la sala de tareas con otras profesoras; mientras que nosotras disfrutamos de esa hora de relajación.

Estando en silencio, solo escuchando el sonido de aves, cascadas, entre otras músicas ambientales; entro en contacto conmigo misma y empiezo a pensar en el lado positivo de estar en un lugar como éste. Cuando me preguntan en dónde vivo, y menciono la palabra "refugio" , es como si estuviera diciendo "debajo de un puente" para algunas personas que no tienen idea de cómo sería estar en esta "situación". Pero Dios no me ha dejado sola, además dentro de este "mundo" tan perverso y retorcido; he encontrado paz.

Hice una amistad con de las pocas buenas madres de este lugar. Esa amistad que puedes estar segura que perdurarán por un largo tiempo (Dios mediante). Así también, conocí excelentes personas (personal de trabajo, profesoras, enfermeras). Aquí no me ha faltado nada, gracias a Dios y al apoyo que estas personas me han brindado.

Gracias a la simpatía de Michael, se ganó el amor de la mayoría. Unas que otras veces, ésto ha causado molestia entre dos madres que mi moreno no les agradan. Por ejemplo: una de las del grupo de madres drogadictas; al principio decía que Michael "acosaba" al suyo, ya que él era el único "amigo" de su edad. Situación que supe manejar delante de todos, pero por un día me la pasé llorando y orando en mi dormitorio, ya que Mike no entendía por qué ya no podía sentarse al lado de su amigo en el autobus escolar. Actualmente, su hijo ahora se la pasa buscándolo; pero mi hombrecito tiene un club de admiradoras que se peléan por él.

La otra madre, tiene un hijo imperactivo, pero muy simpático. Siempre que quiere jugar con el mío; la madre le dice que "Michael no lo quiere, y que no quiere jugar con él". Pero sinceramente prefiero no llevarle la contraria a una ex convicta. No vale la pena discutir lo indiscutible.

Las profesoras son un amor. Me hicieron un baby shower, porque según ellas, me lo merecía. Me han dado tantos regalos y consejos. Estoy muy agradecida con Dios y ellas. Recuerdo que llegué con una sola maleta y ahora mi dormitorio esta lleno de sus bendiciones. Aun que solo permiten un microondas, he aprendido hasta hacer locrios en él. En agradecimiento, les sirvo de intérprete a muchas madres que no saben hablar inglés y también las ayudo en lo que pueda, para que no sientan que están solas.

Todas estas cosas me llegan a la mente mientras medito en clases de yoga. Como ven, mi vida ya no es color rosa pastel. Se ha tornado intensa, apasionada y fuerte; tal como el color fuchsia. Pero me encanta. Dios tiene el control de mi vida, y él sabe lo que hace con ella. Yo solo me dejo guiar.

Felicidades a todas las mujeres en su día. Sobre todo, a las madres solteras, enfrentando al mundo junto a sus crías, pero siempre con temor a Dios.