No estoy sola (El refugio - Parte 5)

Los jueves en la noche ofrecen culto en el refugio, para los que desean asistir. Iniciaron con una joven, la cual cantó unas 4 canciones y luego pasaron a citar versículos de la bíblia. El mensaje de esta noche trató sobre el "nacer de nuevo" y de como Dios sacrificó su hijo a cambio de nuestro perdón (Juan 3:16).

Amber Sophia se durmió en mis brazos, mientras que Michael Joel prestaba atención por momentos (típico de niños). Cuando la joven empezó a cantar, me llegó a la mente mi hermana Lisa, la cual canta sobre Dios (e incluso tiene grabado CD).

Mis lágrimas empezaban a correr por mis mejillas, y los labios temblaban como diciendome que dejara salir todo lo que siento. Una vez que empecé a llorar, no podía parar por un buen rato. En mis pensamientos seguía Lisa, la que más me corrige y me tiene "en la mira". A veces piensa que puede quitarle el papel de mamá a nuestra madre; pero ella sabe que la amo de toda manera.

La melancolía estuvo presente. Una de las mujeres que vinieron a darnos el culto, al ver mis lágrimas, vino donde mí y me dijo: "no estas sola, Dios esta contigo". Me sentí bien cuando ella se acercó, le dije que no lloraba porque sentía que Dios no estaba conmigo (porque de ser así, hace tiempo que me llevan a psiquiatras aquí); le expliqué que era por mi hermana y pues mi familia esta lejos (incluyendo a Evelyn, la cual no puedo ver con frecuencia).

En cierto modo ella tiene razón al decir que no estoy sola, pero no es que me sienta "sin Dios". Hay veces que me siento sola sin la compañía física de las personas que tanto amo. Extraño el calor de ellos. Me hace falta hasta los escándalos de mis perros; pero sé que Dios tiene sus planes para mis hijos y yo.

Antes de finalizar el culto, hicieron oraciones individuales (y otra vez me hicieron llorar). Dios sabe lo que le he estado pidiendo y solo él sabe cuándo es el momento perfecto para entregarmelo; solo tengo que esperar pacientemente y continuar agradeciendole por todo lo que ha hecho hasta ahora.

Gracias Dios, por demostrarme que a pesar de las miles de millas que me apartan de los míos; no estoy sola.