Amor a segunda vista (El refugio - Parte 6)

Hace unos días cumplí 10 meses de estadía en el refugio; en los cuales he aprendido a ver el mundo desde otra perspectiva, debido a las experiencias y ocurrencias tipo películas. Hay veces que he tenido que ver dos veces una situación o actos de una persona, para poder entender mejor.

Recuerdan aquella Africana despistada? Pues su hijo podría correr para político, o una profesión en la que todos te conozcan; ya que a su corta edad y poco aprendizaje del inglés, ha cautivado muchos corazones (pero hay veces en la que vocea mucho e irrita a unos que otros residentes o personal del lugar).

Ella ha aprendido a defenderse y hablar un poquito más este idioma (incluyendo 5 palabras en español: "mañana, ahorita, buen día, y hola"). Le dice a todos, que soy su unica amiga, y hasta me ha tocado arreglarle su inmensa cabellera (2 horas en eso).

Aprendí y entendí, que no todos tenemos las mismas costumbres, y que lo que a mí me parezca mal, a otros les parezca normal. Como el verla caminar descalza por el hotel, y tener que enseñarle que ésto es muy diferente a África, y debe adaptarse a esta cultura, sin olvidar sus raíces.

Aprendí a no juzgar por la caraptula, antes de escuchar las gratas melodías que trae el CD. Así como un amor a segunda vista; he conocido el lado bonito de las mas oscuras personas, y tolerar el lado feo de los opuestos.

He hecho amistad y comparto con mis mujeres de Brasil, Puerto Rico, Dominicana, Haiti, África, y por tanto, las nativas de este país. Me dicen que soy "la sociable", por la misma razón (eso lo aprendí de mis padres).

Una de las madres de la comunidad dominicana (cosa que le da risa a una de las que están en el escritorio del frente, el cómo catalogo por grupo), fue mudada hace unos meses a unas de las suites, por un problema en el dormitorio regular. Goza de una nevera grande (a diferencia de las ejecutivas que nos tocan), y lo mejor de todo: una estufa.

Se ha convertido en la chef de nuestra comunidad. Preparó comida para una pequeña celebración que me hicieron de cumpleaños; y gracias a Dios, y a ella; puedo comer casi frecuentemente, esos platos sabrosos de nuestra hermosa ísla.

Por otro lado, los dramas han disminuído; y ésto gracias a las medidas de seguridad tomadas en el hotel (cámaras y agente policial durante toda la noche), pero aun así, ocurren unos que otros teatros y entretenimientos para los más chismosos. A la vez he visto como han desalojado dormitorios, ya que sus residentes "creen" que no se dan cuenta, cuando duran varias noches durmiendo fuera del refugio.

Espero pacientemente,
la segunda etapa que se aproxíma.
Pero más adelante relataré
sobre ésta bendecida y grata estadía.