Visa de paseo

"No regreso", "No vuelvo", "Ya se acabo", "Ya no más", "Hasta aquí llegamos"; "Adiós".

Una tras otras, repetidas despedidas. Te fui acostumbrando a mis "hasta luego" escondidos en un "hasta nunca". Lo viste venir; en cada paso hacia adelante, las huellas se hacían más notable. Hoy puedo llorar, pero aun así sé que duele menos. No puedo dejar para mañana lo que debí hacer ayer. Duele, duele...

Duele tu comodidad, sin ganas de luchar. Duele la indiferencia y tu incoherencia. A veces siento tu presencia, pero solo para verla desaparecer, desvanecer. Ya te vas. Ya no estás. Ya no más.

Porque la imaginación le quedaba corta a mi realidad. Otro mundo en este mundo, todo marcha más rápido de lo acostumbrado. No hay tiempo para el ocio, apenas podrás respirar. Te abrumarás con la melancolía, y desearás tu antigua vida. Navegarás entre las facturas acumuladas, y te perderás en el camino sino aprendes a correr mucho antes que caminar. Aquí nada es igual aunque todo parezca lo mísmo.

No seré la egoísta. La culpable del inmenso giro en tu vida Mi papel es solo mostrarte tu salida. El tuyo es aceptarlo y ser realista. Aquí el que no corre, vuela; y tu apenas gateas.

Adiós Puerto Plata querida.
Quisiera decirte un "hasta luego"; pero Dios mediante, solo seré tu visita.